Contenido
Introducción:
Pablo desafió a Timoteo a hacer de su ministerio un ministerio «aprobado». Timoteo deseaba hacer todo lo que Dios quería que hiciera. Que desafío tan grande, no solo para Timoteo, sino para nosotros hoy en día. Todos nosotros deseamos tener un buen ministerio, hoy quiero desafiarle a hacer de su ministerio, uno «Aprobado», Para tener esto tenemos que:
I. No Perdamos Nuestra Visión.
A. Debemos mantener nuestros ojos en nuestro Salvador.
1. Hebreos 12:2, «Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…»
2. El es el Alfa y la Omega, el principio y el fin. A-Z
3. El sabe nuestros problema, el sabe lo que tenemos enfrente y el sabe como
ayudarnos.
4. Este mundo y la gente puede cambiar, pero Cristo es el mismo.
B. No podemos ver hacia atrás. Lucas 9:57-62
Deja que los muertos entierren a sus muertos, -Trabajar para Cristo, sin amargura, y Seguir a Cristo
1. Lucas 9:62, «Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.»
2. Nuestro servicio a Dios no es de ayer, ni de mañana si no de Ahora!
3. No podemos tener un ministerio aprobado si estamos siempre viendo hacia atrás.
4. NOTE: «Antes» y «Hubiera»
C. No debemos ver a otros.
1. En Juan 21:21 Pedro miró a Juan y le preguntó a Cristo «¿y qué de éste?»
2. Cristo le reprendió diciendo, «¿Qué a ti? Sígueme tu»
3. Ningún hombre esta libre de caer.
4. Sólo hay uno que jamás nos defraudará.. Veamos a El. Pongamos nuestros ojos en el Señor Jesucristo.
D. No nos enfoquemos en lo temporal.
1. 2 Corintios 4:18, «no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.»
2. Ciertamente necesitamos, edificios, escuelas y otras cosas temporales, PERO, debemos tener cuidado de no quitar nuestro enfoque de lo eternal.
3. Las iglesias que realmente estan en crecimiento son las que tienen su enfoque en alcanzar a otros para Cristo.
4. Juan 4:35, «¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.»
II. No Perdamos Nuestra Sensibilidad Al Espíritu Santo.
A. La perdemos mediante pecado no confesado.
1. » Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.» Salmos 66:18
2. Tampoco nosotros le escucharemos.
3. El no puede trabajar a través de nosotros, si tiene que trabajar con nosotros
B. Perdemos nuestra sensibilidad cuando rehusamos a seguir su liderazgo.
1. El Espíritu Santo es nuestra Guía, pero nosotros debemos rendirnos a su Liderazgo..
2. Debemos tener cuidado de no contristarlo con nuestro Deseo Propio.
3. Dios casi siempre es culpado por nuestros errores…
C. Perdemos nuestra sensibilidad cuando no queremos usar su poder para servirle.
1. Jesucristo dijo, «Toda potestad…» y «Pero recibiréis Poder…»
2. Sin embargo, muchas veces la obra del ministro es echa en el poder de la Carne en vez de el poder del Espíritu Santo.
3. Necesitamos su unción, diariamente, si deseamos tener un ministerio aprobado.
III. No Perdamos Nuestra Estrategia.
A. Cada negocio exitoso tiene una estrategia para ganar la victoria.
1. Nadie planea fallar, pero muchos fallan en planear efectivamente.
2. Debemos tener un plan, si queremos tener un ministerio aprobado.
B. Nuestro Capitán ha ya establecido la estrategia para la Victoria.
1. Gracias a Dios, El no nos dejó que nosotros la planearamos.
2. Hageo 1:8, «Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.»
3. ID – TRAED – REEDIFICAD Mateo 28:19-20
a. Debemos ir… a predicar el evangelio.
b. Debemos traerles… al cuerpo de Cristo para que sean bautizados.
c. Debemos edificarles… enseñándoles que guarden todas las cosas de la Palabra de Dios.
C. No necesitamos un nuevo plan sólo debemos obedecer el plan establecido.
Conclusión:
1. No perdamos nuestra visión…
2. No perdamos nuestra sensibilidad al Espíritu Santo…
3. No perdamos nuestra estrategia para ganar este mundo para la Gloria de Dios.
4. Hagamos de nuestro ministerio un ministerio aprobado.