Influencia y Control

Influencia y Control. Algunas veces nos confundimos en el ministerio. Nos olvidamos que nuestra responsabilidad no es controlar sino influenciar. Dios nunca nos dio el control de la gente, de sus estilos de vida o sus elecciones. Él creó el libre albedrío y le da a cada individuo la responsabilidad individual de sus elecciones. Me temo, que por buenas intenciones, algunos líderes espirituales cruzan la línea y de hecho tratan de controlar el comportamiento en lugar de influenciar el corazón. Hay muchas razones por las que este método bien intencionado del ministerio es realmente malo.

Dios nos dio Influencia no Control.

Nos permite influenciar a otros, pero se reserva el derecho de controlar estrictamente para Él mismo. En el ministerio buscamos la influencia, y sólo a través de la influencia podemos imponer que otros vivan por los principios bíblicos en completa sumisión a Aquel que realmente tiene el control. No tenemos control sobre otros—nunca. Dios lo tiene. Y nos presta influencia—a través de medios espirituales. Nos manda a ser ejemplos vivos para otros, persuadiéndolos, no mandándoles, para que vivan piadosamente. (“Que con mansedumbre corrija a los que se oponen.” 2 Timoteo 2:25) No podemos mandar a otros para que vivan de manera justa, pero podemos persuadirlos. No podemos empujar a otros a Dios, pero podemos guiarlos a Él.

El Control es un Engaño, la Influencia es Real.

Incluso si nos engañamos creyendo que podríamos tener el control, es un mito. No lo tenemos. Nunca lo tenemos. No podríamos. No deberíamos quererlo. Es una pérdida de tiempo completa pensar que podemos reinar en las decisiones de otro. Y si alguien de hecho nos diese el control, sería temporal, luego se iría, finalmente fallaría y sería en vano. Tenemos suficientes problemas para controlarnos a nosotros. (1 Timoteo 4:16, “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”)

El Control es Señorío, la Influencia es Liderazgo

Nos quemamos cuando cruzamos la línea del liderazgo espiritual al buscar el control. Esto es simplemente tener señorío sobre los que están a nuestro cuidado, lo cual no se nos manda a hacer. 1Pedro 5:3, “no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.” Esta frase teniendo señorío sobre habla de subyugación, dominación e intento de control, y Dios expresamente lo prohíbe en los líderes espirituales. La palabra ejemplos habla de influencia.

El Control Edifica la Dependencia del Hombre, la Influencia Edifica la Dependencia de Dios.

Si alguien de hecho le da el control de sus elecciones, esa persona se vuelve dependiente de usted. No debe ser así. Se supone que tienen que ser dependientes de Dios. Los líderes espirituales no son llamados a tomar las decisiones de la gente. Somos llamados a edificarlos sobre principios bíblicos que creen la dependencia en Dios. Es muy difícil confiar en el Señor con todo mi corazón si mi corazón depende de otro hombre. (Proverbios 3:5, “Fíate de Jehová de todo tu corazón…”)

A las Personas les Molesta el Control, pero Aprecian la Influencia

Intentar manipular el comportamiento de otros, aunque sea con fines buenos y bíblicos, sólo conduce al desencantamiento y deserción. Una vida edificada sobre el control de otro ser humano finalmente huirá de tal control para buscar una razón mejor para vivir. Por el contrario, ¡una vida entregada al control del Dios Todopoderoso ha descubierto el propósito final de vivir!

El Control es para los Ambientes, la Influencia es para la Gente

Por supuesto que debe controlar su clase, su actividad de jóvenes, su servicio en la iglesia. Dios nos manda a que todas las cosas sean hechas decentemente y con orden (1 Corintios 14:40). Los ambientes controlados permiten que haya un ministerio saludable y la influencia efectiva.

El Ministerio Auténtico se trata de Influencia

El ministerio se trata de desarrollar una relación bíblica con alguien que le permita que lleve la verdad eterna—principios de Dios—para que pesen en su toma de decisiones, pensamiento, comportamiento y estilo de vida diario. Esto es influencia. No es control. (2 Corintios 5:11, “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias.”)

La Influencia es Ganada no Sujetada

Si no tiene influencia en alguien (si no responden a su persuasión), nunca ganará influencia sujetándose del control. Busque amar, no controlar. Busque persuadir—para ganar una esfera de influencia a través de una relación de amor—luego obre dentro de esa esfera para agrandar la influencia bíblica y atraer a esa persona a vivir bajo el control del Espíritu Santo.

Persuadir es la palabra bíblica (2 Corintios 5:11)—que al final, como ministros de Cristo, es lo que somos—persuadidores. Buscamos persuadir, mediante nuestras vidas—nuestras palabras y nuestras acciones. Buscamos influenciar a otros a vivir mediante los principios bíblicos bajo la autoridad del Dios Todopoderoso—para que le den a ÉL el control, no a nosotros.

Pero siempre use la influencia bíblicamente. Dios nos da influencia para usarla para Su gloria, no para la agenda personal: Nuestra influencia debería dirigir a otros a la agenda de Dios para sus vidas, no la nuestra. Nuestra influencia debería dirigir a otros a escuchar y prestar atención a la obra interna del Espíritu Santo en sus vidas. Nuestra persuasión debe ser enteramente desinteresada y abundantemente bíblica.

Al hablar con el Dr. John Goetsch sobre este tema, él hizo esta afirmación, “Dios identifica a la gente como ovejas en la Biblia. Las ovejas no pueden ser manejadas, sino guiadas.” Cuando guiamos a la gente y la influenciamos, las estamos edificando genuinamente en Cristo. De aquí que las decisiones espirituales que hagan no serán ideadas, forzadas, ordenadas o manufacturadas. Son genuinamente producidas por el Espíritu de Dios.

La parte más difícil del ministerio es ver gente hacer cosas y tomar decisiones que sabe que son dañinas para ellos. Dios no nos da el control sobre aquellas decisiones. Sino que nos permite influenciar—el poder de la persuasión. Busque influenciar a otros con un corazón de siervo el día de hoy.

De hecho es gracioso pensar que una oveja tonta intente controlar a otra oveja tonta. Dejémosle la parte del control a Dios, y hagamos nuestro mejor esfuerzo para prestar atención a nosotros mismos e influenciar bíblicamente a otros de la misma forma.

Nota Final: Criar niños pequeños sería una excepción obvia a estos principios, pero incluso la dependencia/control ejercitado por un padre debe tener la meta de edificar influencia que los guíe a la dependencia y control de Cristo.

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