El discipulado es difícil.
Tiene que ser muy espiritual. Debe tener el mejor proceso conocido por el hombre a su disposición. Debe disfrutar decirle a la gente qué hacer y cuán pecaminosos son.
¿Verdad?
Incorrecto.
No se dice que no se debería estar creciendo, que no puede ser un proceso o que se debería evitar hablar del pecado. Muy por el contrario.
Pero muchos líderes cristianos en verdad necesitan mejores herramientas para discipular a otros. Una de las mejores herramientas es el Entrenamiento Cristiano. Aquí tenemos unas cuantas distintivas del Entrenamiento Cristiano. Estas pueden liberar a cada cristiano del temor y debe posibilitar que discipulen a otros con intención.
Antes que lea los puntos de abajo, recuerde distinguir el entrenar a un discípulo del entrenamiento en los deportes, la consejería o la mentoría. Cada uno de ellos tiene su lugar pero NO son entrenamiento cristiano (aunque tienen algunas veces cierta coincidencia parcial).