Salvación Por El Dr. Jack Hyles
¿Qué es la Salvación?
Dios hizo al hombre para un propósito. Este propósito era que El pudiera tener una raza peculiarmente hecha para su gloria y honor, y que esta raza pudiese buscar el hacer solo Su voluntad. El hombre escogió no cumplir este propósito cuando él creyó en el maligno, y cayó de su sublime posición o estado de encanto y bienaventuranza edénicos, y de comunión con Dios. Ahora el hombre ha caído, pero Dios todavía quiere rescatarlo. Básicamente, esto es lo que es la salvación, la salvación es un salvamento o rescate. Ahora bien, este salvamento es en dos partes. Cuando una persona es nacida de nuevo, su espíritu es salvado o rescatado. Pero, hay algo más en esta salvación o salvamento, que ser nacido de nuevo. Dios, también, desea salvar nuestras vidas. Efesios 2:10: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.»
En una iglesia había un hombre que era muy lento o tardo para ser educado. Este hombre era incapaz de conservar un trabajo con regularidad. Así, pues, iba de bote de basura en bote de basura y por los lados de los caminos tratando de encontrar botes de aluminio y de estaño. Cuando encontraba estos botes, los guardaba. Ahora, este aluminio no es salvado o rescatado cuando es sacado de los tachos y cubos de basura o de los lados de los caminos. Para estar seguro, este aluminio ya no está en la basura, y está libre de basura, pero no es totalmente salvado o rescatado, hasta que sea remoldeado de nuevo, y utilizado. Cuando el hombre cayó en el huerto de Edén, se convirtió en basura. Su justicia se convirtió en trapos de inmundicia. (Isaias 64:6). El plan de salvación fue hecho, pero este plan tiene dos partes. La primera parte de este salvamento, o primer paso de este plan, es el salvamento del espíritu del hombre, cuando éste pone su fe en la obra terminada de Cristo. Después de este salvamento, sin embargo, permanece otro salvamento (o salvación); y esto es cuando el hombre es recirculado para poder, otra vez, cumplir su propósito original, igual que el aluminio es reciclado.
Por lo tanto, la salvación es salvar o rescatar tanto como sea posible. Hebreos 2:3 «¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por e1 Señor, nos fue confirmada por los que oyeron.»
La palabra «descuidar» también pudiera ser traducida «no completar» o «no rescatar totalmente.» El libro de Hebreos fue escrito para los cristianos hebreos; no fue escrito para personas que no eran salvas. Por lo tanto, Hebreos 2:3 fue escrito para los individuos que eran ya salvos, no a los perdidos. El predicador promedio que predica de este pasaje, el maestro promedio que enseña de este pasaje nos enseña que la Escritura nos dice que si descuidamos ser salvos, no escaparemos la ira de Dios y su juicio. Aunque el que enseña esto de este pasaje de Escritura no hace una injusticia, éste no enseña la verdad primaria que Dios tenía intencionada para este pasaje. Dios está hablando aquí acerca de personas salvas «descuidando» su propia salvación. Ahí no está hablando Dios del salvamento del bote de la basura; sino que está hablando de la recirculación o remodelación. Dios está diciendo que nos castigará si no permitimos que nuestra salvación sea completa. La salvación que nos libra del Infierno y nos da vida eterna es totalmente de Cristo, pero Dios desea más que nuestras almas salvadas; El desea, también, nuestras vidas salvadas, o rescatadas.
Dios está diciéndonos aquí que la salvación es nuestra; es decir, la salvación del espíritu es por gracia por medio de la fe, pero Dios nos quiere recirculados, de tal manera que podamos cumplir el propósito de nuestra creación. Somos salvos por gracia por medio de la fe del bote de la basura. Efesios 2:8,9: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.» Es decir, somos salvos para ser recirculados o remodelados. Efesios 2:10: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que enduviésemos en ellas.»
El propósito por el cual fuimos salvos del bote de la basura es para ser recirculados, en otras palabras, hechos «de nuevo.»
Ahora, no mal entienda. Si todo lo que Dios hace es salvarnos del bote de la basura, El está complacido. Dios no quiere que vayamos al Infierno. El quiere que seamos salvos del pecado y nacidos de nuevo, pero todo su deseo para con nosotros es que, una vez que somos salvos del basurero, seamos totalmente recirculados, de tal manera que de nuevo podamos cumplir el propósito suyo de crearnos.
Por esto, el ganar almas es mucho más de lo que pensamos. Nosotros igualamos el ganar almas con el decir a alguien como tener su nombre escrito en el Cielo, como estar salvo de ir al Infierno y como saber que va a ir al Cielo cuando muera. Este es ganar almas, pero esto no es todo en ganar almas. Si la salvación es más que estar salvo de ir al Infierno, entonces el ganar almas es más que guiar a la gente a que estén salvo de ir al Infierno.
Mateo 28:19, 20 «Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin de1 mundo. Amén.»
Notará que, en estos versículos arriba mencionados, tenemos las dos maneras de ganar almas de las cuales hablamos antes. En primer lugar tenemos el sacar la gente «del bote de la basura.» Tenemos también «enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado,» lo cual significa que también nosotros debemos guiarlos a que sean «recirculados.» Logramos esto con el Discipulado el seguimiento.
Juan 15:16: «No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al padre en mi nombre, él os lo dé.» Aquí se nos manda llevar fruto; es decir, salvarlo del basurero. Nuestro fruto debiera permanecer; es decir, hacer que sea recirculado.
Santiago 5:19, 20: «Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.» Aquí habla, principalmente, acerca de recircular. Aquí está hablando de un hermano que ha sido liberado de ir al Infierno, pero que no ha sido recirculado para su propósito original. Cuando le ganamos para Cristo, estamos ganando almas.
Proverbios 11:30 «El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es sabio.» Esta escritura menciona «El que gana almas es sabio.» Aquel que gana almas para salvación «del bote de la basura» es sabio. Aquel que gana almas del basurero para ser recirculadas, es aún mucho más sabio.
Daniel 12:3: «Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud como las estrellas a perpetua eternidad»
Aquí se nos dice que hemos de volver a los hombres a la justicia. Hay dos justicias. Una de ellas es la justicia de Cristo, la cual nos es imputada (colocada atribuida, adjudicada) en el nuevo nacimiento. La otra es la justicia que nosotros debemos vivir en nuestras vidas.
*** La primera justicia tiene que ver con la salvación del bote de la basura. (Recibir a Cristo)
***La segunda justicia tiene que ver con la salvación de la recirculación. (Discipulado)
Salmo 142:4: «Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.» Esto no es clamor de un hombre el cual nunca ha sido salvo rogando para que alguien se preocupe para que su alma sea nacida de nuevo. Este es un hombre nacido de nuevo implorando para que alguién tome cuidado de su alma, en ayudarle a ser recirculado. Lo que él ansia es el cuidado de su alma, la cual ya es salva.
Ezequiel 34:16 «Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada, vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil . . . » Este texto es tanto ganar almas como la persona que sale con el camino de Romanos como plan de salvación y gana a alguién para Cristo.
Hay éstos que nunca ganan una alma para Cristo. Ellos nunca arrancan a ninguno del bote de la basura. Ellos sienten que su llamamiento espiritual es guiarlos a ser recirculados. Esto es sólo la mitad de su trabajo, y ellos no obedecen totalmente la Gran Comisión, o sea, el plan de Dios. Por el otro lado, hay éstos que pasan todo su tiempo arrancando personas del «bote de la basura» y nunca se preocupan de que sean recirculados. Estos no son ganadores de almas «completos» tampoco, porque ellos están llevando a cabo tan sólo la mitad de la Gran Comisión y guiando a las personas a la salvación que es sólo una parte de lo que Dios tenía en mente en Su plan total.
Permíteme preguntarte, «¿Eres tu un ganador de almas?» Un ganador de almas es uno que hace salvamento, uno que guía al pecador a que escoja a Cristo, uno que guía a un santo a que escoja la voluntad de Dios, la obra de Dios y el plan de Dios.
El hombre perdido tiene libertad de escoger lo bueno, pero él no puede hacer lo que escoge porque está perdido. El puede admirar la bondad, escoger el hacer el bien, pero él no hará bondad, porque hasta su justicia es como trapos de inmundicia. Isaías 64:6 : «Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.» Lo único que puede hacer el hombre perdido es escoger a Cristo. Ahora bien, ya que él ha escogido a Cristo, no tan sólo puede él escoger el hacer lo malo, sino que puede hacer lo bueno. Filipenses 4:13: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» Ahora, lo bueno está a su disposición, pero él necesita a un ganador de almas que lo lleve a escoger lo bueno por encima de lo malo, y ser recirculado.
La parte primera en el ganar almas es el escoger o la elección de Cristo, para que la elección de lo bueno sea posible y esa bondad esté a su alcance.
La segunda parte del ganar almas es guiar al cristiano a escoger lo bueno que ahora puede hacer desde que ha escogido a Cristo. Antes él odiaba la penalidad de pecado; ahora odia el pecado. El ha sido liberado del bote de la basura de la inhabilidad para hacer bien. Ahora debe ser llevado a la recirculación de escoger el hacer el bien que está ahora a su alcance, porque él ha escogido a Cristo.
Esto significa que Dios no tan sólo desea que el pecador venga a Cristo; El también desea que el Cristiano llegue a ser útil. Dios no quiere solamente que hablemos con aquéllos que están rumbo al Infierno y les guiemos por el camino del Cielo por fe en Jesús, sino que también desea que el ganador de almas continúe su ganancia de almas por medio de guiar al cristiano a que escoja el ser recirculado para que pueda, de nuevo, ser usado para el propósito por el cual le hizo Dios. ¡Esto es la salvación y Discipulado!
“Discipular es recircular hacer que haga su propósito original, Glorificar y honrar con su vida a Dios”