Cuando No Hay Un «Plan B»

Cuando No Hay Un «Plan B» Cuando uno dice «plan B» normalmente se está refiriendo a tener otra opción cuando el primer proyecto no salga bien. Hay varios momentos en la vida donde uno debe tener un plan B (cuando compras un auto, planeando un picnic o vacaciones, una charla pendiente, etc. ) pero hay otros momentos en la vida donde uno no debe tener un plan B (matrimonio y ministerio). Cuando uno tiene en mente otras opciones, las buscara cuando este bajo presión. Por ejemplo, cuando una pareja tiene un desacuerdo o una discusión, y tiene en mente la separación o el divorcio entonces lo verá como una opción cuando las cosas no vayan bien; y en cuanto al ministerio cuando la gente se molesta o la iglesia no crece y el líder pierde el entusiasmo que tuvo al comienzo, él dejará el ministerio.

plan b

Aunque todos tenemos momentos bajos y deseos de no seguir, lo más importante es formar una mentalidad de que no hay un plan B en cuando al servicio a Dios. Estamos seguros de que Dios nos puede mover de un ministerio a otro pero lamentablemente muchos abandonan el ministerio cuando están desanimados o cuando las cosas no van bien. Permíteme darte razones por las que no debemos tener un plan B en el servicio a Dios:

Estar Convencido que Dios Te Llamó. 

Sin duda vendrán días difíciles, pero saldrán todos los talentosos si no se dan cuenta que fue Dios quien les puso  en el ministerio.

En Romanos 1:1, Pablo decía que Dios le apartó para el ministerio. Cada hijo de Dios fue apartado para el servicio de Dios. Es Dios, amigo mío, quien te puso donde estás sirviendo ahora mismo y debes dejar que Dios te saque (si es que Él desea) de ahí, en lugar de que salgas por tu propia cuenta de donde Él te puso.

En Lucas 17 nos da un ejemplo de un siervo que está trabajando por su amo. Después que trabajó todo el día, tenía que preparar la comida y dar de comer a su amo antes que él pueda sentarse y comer. No será reconocido o agradecido por todo lo que ha hecho, pues era su deber como siervo. Y después nuestro Señor Jesús da la comparación diciéndonos que nosotros, como Sus siervos, cuando terminamos trabajando en todo lo que debemos, ¿cómo esperamos recibir?, pues somos Sus siervos y es nuestro deber (vs.10). Dios nos puso donde estamos para trabajar y debemos recordarlo. Es nuestro deber pero es un privilegio poder servir a Dios.

Cuando vienen las tormentas y pruebas, y sin duda vendrán, debemos decir dentro de nosotros que fue Dios quien nos puso donde estamos y no saldremos hasta que Él  diga.

Problemas, dinero, o posición que te ofrecen…  no salgas, recuerda  Dios te  puso ahí. Estate convencido que Dios te puso donde estás y no dejes que las emociones o problemas te muevan.

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Decidir Quedarte.

El diablo hará todo lo posible para que el siervo del Señor no siga adelante. Cuando el obrero de Dios busca avanzar en el reino de Dios, el diablo pelea con todo. Desacuerdos en la congregación y el desánimo de adentro, son algunas formas que el diablo usa para que el obrero de Dios deje de avanzar. Cada obrero de Dios debe alejarse a un lugar en privado y rogar a Dios que le ayude, le dé fruto y le dé fuerza.

Recordemos que todas nuestras fuerzas, talentos y bienes no pueden lograr lo que se puede lograr con Dios a nuestro lado. Como dice el Salmista, es en vano todo lo que hacemos si Dios no está con nosotros (Salmo 127:1-2).

Debemos decidir que no saldremos del problema, rogaremos a Dios que Él obre en los problemas.

Seremos sabios si nos  enfocamos en Sus promesas. Él nunca nos dejará, siempre está con nosotros, somos más que vencedores, con Dios todo es sí y amén y con Él todo podemos hacer.

Mi deseo, querido amigo, es que avancemos en Dios en lugar de retroceder. Ten por seguro que el diablo no dormirá ni dejará de luchar contra el ejército de Dios, pero con la ayuda de Dios seguiremos sirviendo a Dios  y no dependeremos de en un plan B.

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